
Sangre Azul conquistaron el corazón de muchos jóvenes amantes del Rock a finales de los ochenta. Tony Solo fue el cantante del grupo, publicando 3 discos, con grandes canciones, situándose en lo más alto del panorama musical en aquel momento y siendos recordados y admirados en la actualidad. En 2011, ya como Tony Solo, ha publicado «Las fases de la luna«, un gran trabajo donde nos ha vuelto a demostrar que se mantiene en plena forma artística. Para mí fue y es una de las voces imprescindibles dentro del panorama del rock. Un placer tenerle hoy con nosotros, veamos qué nos cuenta.
¿Cómo fueron tus comienzos en la música? ¿Qué te atrajo hasta ella?
Siempre me gustó cantar, o más bien, todo lo relacionado con la música. Ya de pequeño solía hacer «números musicales» en mi casa para deleite (y risas) de mi familia. El punto de inflexión fue cuando oí el disco de Deep Purple, «Made in Japan». Eso lo cambió todo en mi vida! Decidí que quería cantar como ese tío (luego se demostró que no podía cantar como él, ni tampoco debía porque yo tenía que ser yo). Así empecé en esto del rock and roll. Un colega se había comprado una guitarra y nos juntábamos los dos para hacer canciones, fundamentalmente de Leño, que era su grupo favorito. Luego montamos una banda…y lo demás ya es historia.
Siempre me gustó cantar, o más bien, todo lo relacionado con la música. Ya de pequeño solía hacer «números musicales» en mi casa para deleite (y risas) de mi familia. El punto de inflexión fue cuando oí el disco de Deep Purple, «Made in Japan». Eso lo cambió todo en mi vida!
¿En qué grupos estuviste antes de formar parte de Sangre Azul?
En bastantes. Algunos de ellos me tienen que perdonar porque no recuerdo el nombre. Los más destacables fueron Cobra, Marshall Monroe y Muro.
¿Cómo fue tu entrada en Sangre Azul? ¿Cómo se cruzaron vuestros caminos?
Yo conocí a Carlos Raya a principios de los 80. Quedábamos de vez en cuando para tocar juntos en su casa o en la mía, pero por una serie de circunstancias que ahora sería largo de explicar, nunca pudimos hacer nada juntos. Pero siempre nos mantuvimos en contacto porque entre ambos había una química muy especial y compartíamos gustos musicales al 100%. Después de que Sangre Azul ganasen el Villa de Madrid en el 85, decidieron que el cantante que tenían en ese momento no era el que realmente necesitaban y, como yo tampoco estaba especialmente a gusto en Muro, por fin se dieron las circunstancias para juntar nuestros caminos.
Con Sangre Azul grabas»Obsesión» (1987), «Cuerpo a cuerpo» (1988) y «El silencio de la noche» (1989). ¿Con qué te quedas de cada uno de esos trabajos? ¿Qué han significado para ti cada uno de ellos?
De «Obsesión» guardo el grandísimo recuerdo de que fue mi primer disco. No es mi obra favorita de la banda, pero sí supuso el poder materializar por fin el trabajo y la dedicación que habíamos puesto y toda la pasión que llevábamos dentro. «Cuerpo a Cuerpo» significó para mí el encontrar un estilo más propio y definido, un paso hacia la madurez como vocalista. Además, fue un disco que nos permitió jugar ya en la primera división del Rock nacional. El «Silencio» es, desde mi punto de vista, la consolidación de la banda dentro de la música rock en español, más allá de nuestras fronteras. No me quedo con ninguno de los tres trabajos, pero sí con muchas canciones de cada uno de ellos, particularmente de «El Silencio».
El ambiente en Sangre Azul era tan bueno y lo pasábamos tan bien que podría escribir muchas páginas sobre grandes momentos…
¿Puedes contarnos alguna anécdota con Sangre Azul que te marcara?
El ambiente en Sangre Azul era tan bueno y lo pasábamos tan bien que podría escribir muchas páginas sobre grandes momentos… La verdad es que lo que me marcó más fue haber ganado unos grandísimos y eternos amigos con los que aún me reúno (al menos una vez al año) y con los que sigo pasando fantásticos espacios de tiempo (que nunca son suficientes!).
Sangre Azul deja de existir ¿Por qué? ¿Fue un cúmulo de situaciones (cambio de imagen y música del grupo, bajada de ventas del rock en nuestro país, etc.)? ¿Hubo errores en la compañía de discos?
Como bien dices, hubo un cúmulo de situaciones que nos llevó a tomar la amarga decisión de separar nuestros caminos profesionales. El estilo musical y personal de la banda dio un gran giro a principios de los 90 y nadie entendió el nuevo enfoque. Teníamos claro que ese era el estilo que nos pedía el cuerpo y no nos íbamos a doblegar ante las presiones del entorno. O eso o nada. Pero desgraciadamente, nos encontramos en una situación de bloqueo que nos impedía avanzar: la compañía tenía un contrato con nosotros que nos obligaba a grabar dos discos más, pero no querían que fuese con ese material tan radicalmente diferente, sino más de los mismo de los discos anteriores. Es decir, «no te dejo marchar pero tampoco te dejo que te quedes si no es como yo quiero». Al final, esta situación nos agotó y decidimos abandonar. Tal vez no debimos hacerlo, tal vez sí… nunca lo sabremos! Pero creo que un artista tiene que hacer, por encima de todo, lo que le gusta. Solo así puede ofrecer lo mejor de sí mismo.
¿En qué proyectos musicales estuviste después de Sangre Azul? Háblanos de ellos.
En ninguno relevante. Colaboraciones, composiciones para otros, etc. Hasta «Las Fases de la Luna» no he hecho nada “serio”.
La grabación de ‘Las fases de la luna’ fue una experiencia inolvidable. Supuso, entre otras cosas, un reencuentro con este universo de la música, con las interminables sesiones de grabación, con las bondades y las maldades de la industria y, lo mejor de todo, reencontrarme con el público.
¿Cómo surge la grabación de Tony Solo «Las fases de la luna» (2011)? ¿Qué músicos colaboran contigo en el disco? ¿Cómo ha sido la experiencia?
A raíz de mi colaboración en «Legado de una Tragedia», se estableció una excelente relación con productores de este disco y un día quedamos para escuchar material que tenía grabado en mi estudio casero. Les gustó y me propusieron materializarlo en un CD. Ellos se encargaron de buscar a los músicos, el estudio, el equipo técnico que mezcló y masterizó. Todo. Y claro, cuando a uno se lo ponen así de fácil… pues eso.

Los músicos que grabaron el núcleo de las canciones del disco fueron Joaquín Padilla, Jacobo García, Carlos Expósito, Oliver Martín y Abel Franco. Además de eso, tuve la inmensa suerte de que colaborasen todos los miembros de la formación última de Sangre Azul, Sherpa (Barón Rojo), Augusto Fernández (Hamlet), Julio Rubio (Elyte) y algunos buenos amigos más.
¿La experiencia? ¡Inolvidable! Supuso, entre otras cosas, un reencuentro con este universo de la música, con las interminables sesiones de grabación, con las bondades y las maldades de la industria y, lo mejor de todo, reencontrarme con el público… volvería a repetir sin ninguna duda!
¿Qué planes de futuro tiene Tony Solo? ¿Tendremos nuevo disco o actuaciones en vivo?
Después de Sangre Azul, pensé que nunca volvería a grabar un disco ni subir a un escenario….y sin embargo, volví a aparecer en 2011! No lo sé, tal vez sí o tal vez no. Pero no lo descarto…
Gracias por dedicarnos tu tiempo Tony, si quieres comentar alguna cosa más a nuestros lectores…
Agradeceros que hayáis contado conmigo para esta entrevista, y desearos que el año acabe lo mejor posible y que 2015 no os trate mal! Un abrazo!