«La vida puede ser maravillosa», decía el famoso periodista y locutor deportivo Andrés Montes. Pero a veces puede ser una puta mierda.
Es muy difícil, o imposible, saber cómo se siente alguien que tiene depresión, salvo que ya hayas pasado por ese trance. Y ni así. La famosa empatía.
A una persona con depresión hay que acompañarla, abrazarla, darle la mano. En silencio y sin juzgarla. Aunque no entiendas qué le pasa.
Huye del japiflauer que te dice: «Venga, ¡anímate hombre!» Esto, no sólo no funciona, si no que aún jode más.
Recuerdo perfectamente mi primera depresión (2003): mi psicóloga me «recetó» música tranquila antes de irme a dormir. Pero me avisó: «Ni se te ocurra ponerte jazz». A un amante del jazz como soy, le chocó esa indicación.
Le hice caso a mi terapeuta; el jazz es nervioso y cambiante, y yo necesitaba calma y sosiego. Empecé a buscar música suave: clásica, bandas sonoras, new age, gregoriano… No fue una panacea, pero me ayudó mucho.
La playlist que te propongo no es especialmente relajante. Tampoco especialmente movida. Son piezas amables con su punto «animoso» y esperanzador. Además de escucharlas, ellas también te escuchan a ti y te acompañan. La selección contiene temas tranquilos, en tonos menores, para que puedas reflexionar unos minutos, que combinan con cortes más movidos.
La música clásica en estos casos no cura, pero ayuda y alivia.
Espero que estas píldoras musicales anti tristeza te reconforten si estás atravesando una mala racha, o las disfrutes si estás en un momento feliz.
Jesús,
Muchas gracias por compartir música positiva, y gracias por abrirte y contar parte de tu experiencia de vida.
Me guardo la lista de Spotify para momentos especiales…. Un abrazo!
Berto,
Gracias a ti por leerme. Espero que le dediques unos minutos a esta playlist y notes sus efectos terapéuticos. La he diseñado con cariño.
En este blog hemos hablado más veces de la musicoterapia, una práctica natural, con claros beneficios y sin efectos secundarios.
Un abrazo,
Jesús