The Knack
The Knack en 1979

Doug Fieger, cantante y guitarrista de The Knack, se enamoró locamente de una chica llamada Sharona, que trabajaba en una tienda de ropa. El grupo dedicó su primer single, titulado «My Sharona», a esta joven. Pero… ¿conquistaría el músico a la chica gracias a la canción?

Después de leer el «romántico» artículo de la revista Efe Eme sobre My Sharona de The Knack, te extraigo las siguientes notas.

Berton Averre, guitarra solista de The Knack, compuso un pegadizo riff antes de formar el grupo. Pero no supo qué hacer con él, así que lo guardó a que llegara el momento oportuno. Al cabo de un tiempo, cuando la banda se estaba formando, Averre le enseñó el riff a su compañero, Doug Fieger. Pero éste tampoco vio salida a aquellas notas:

Berton tenía ese riff básico de guitarra y batería desde hacía mucho tiempo, incluso antes de que The Knack estuviéramos juntos.
Me lo tocó y me gustó mucho. Le dije que algún día haríamos algo, pero en aquel momento no sabía cómo podíamos usarlo.

El riff tenía mucho potencial, pero a Fieger todavía no le había llegado la inspiración para aprovecharlo. El escenario cambió cuando entró en una tienda de ropa de Los Ángeles. Allí trabajaba como dependienta una joven llamada Sharona Alperin. Era la musa que Doug Fieger necesitaba:

Fue como si me dieran un golpe en la cabeza con un bate de béisbol. Me enamoré de ella al instante. Y cuando sucedió, se me encendió una chispa y comencé a escribir un montón de canciones frenéticamente en un periodo corto de tiempo.

A Fieger no le importaba ni la diferencia de edad entre ellos ni que la chica ya tuviera novio. Incluso no le importó que él mismo también tuviera pareja. El músico abandonó a su novia para focalizar sus esfuerzos en el cortejo de Sharona. Como ella misma explicó:

Yo tenía 16 ó 17 años en ese momento. Él era nueve años mayor que yo. Un mes o dos después, él me dijo: -Estoy enamorado de ti, eres mi alma gemela, eres mi otra mitad, algún día estaremos juntos-.

Puro romanticismo.

Doug no conseguía quitarse de la cabeza a la dependienta de la tienda de ropa. Es más, la muchacha aparecía en la mente del cantante de una forma peculiar:

Cuando pensaba en Sharona, me venía a la cabeza el riff de Berton.

Era el momento. Fieger y Averre se juntaron y entre los dos diseñaron la estructura y la melodía de una canción. Para escribir la letra, Doug imaginó sus sentimientos tal como los viviría un adolescente:

Yo tenía 25 años cuando escribí la canción. Pero la escribí desde la perspectiva de un chico de 14 años.

Aquella canción tan directa y dirigida a una persona especial sólo podía tener un título: «My Sharona«. La joven no tardó en escuchar la canción que Doug había compuesto con su nombre:

Un día, en mi descanso para la comida en la tienda de ropa, fui a verles ensayar. Berton y Doug dijeron: -¿La tocamos?-.

Al poco tiempo, Doug Fieger obtuvo su «recompensa» cuando Sharona bajó la guardia, dejó a su novio y empezó a salir con el músico.

La canción «My Sharona» se incluyó en el prometedor disco debut de The Knack, “Get The Knack” (1979) y sirvió como primer sencillo para la banda.

En la portada del single de «My Sharona» aparecía la auténtica Sharona Alperin sosteniendo el álbum del grupo. Apreciemos la «sencillez» de su ropa (ausencia de sujetador).

My Sharona - Portada del single
My Sharona – Portada del single

Doug y Sharona estuvieron saliendo durante unos cuatro años.

Desde el momento en que Doug y yo nos conocimos, nuestras vidas cambiaron para siempre. Es muy extraño que dos personas tengan tanto impacto la una sobre la otra. El vínculo que compartimos es algo que atesoraré siempre. Él tendrá un lugar especial en mi corazón.

A partir de entonces, The Knack fue perdiendo fuelle. La actitud arrogante de la banda, que se negaba a conceder entrevistas a la prensa, tampoco ayudaba. Aunque se esperaba mucho de ellos, ninguno de sus álbumes ni de sus temas posteriores consiguieron superar a la exitosa «My Sharona».

Para mí «My Sharona» es un temazo, con un espectacular solo de guitarra que se «va» de la canción, y vuelve a enlazar con el obstinado riff, en una especie de coda.

Esta vez no voy a dejarte la letra de la canción. Sinceramente, no merece la pena, no creo que se lleve el Nobel de literatura. Eso sí, sube los altavoces y escucha «My Sharona». Si no te mueves… ves al médico.

Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Nacho Alós

    Muy bien descrita la forma de la canción y la historia engancha.
    El riff es casi tan insistente como lo fue él con su Sharona de ropa ligera. Me quedo con ese solo, impresionante. Le seguiría viajando libre del ostinato pero claro, hay que volver a pisar tierra, jajaja. Gracias Jesús.

    1. Jesús

      Hola Nacho,
      Tú debes de ser profesor de música, usando con tanta confianza términos como «ostinato» 😉
      Efectivamente, el solo es tremendo, y la vuelta al riff genial. En conjunto, temazo!!!
      Gracias por participar Nacho, espero verte más por aquí.
      Un abrazo,
      Jesús

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